jueves, 19 de enero de 2017

"Ruinas circulares": Enrique Flores Medina.

¿Quién es el narrador? El narrador del cuento "Las ruinas circulares" es el hombre o persona que sueña al hombre que vuelve a soñar a otro hombre. El autor nos indica esto en el último párrafo del cuento, cuando dice que el protagonista realmente también era producto de un sueño, por lo que sabemos que alguien más narró la historia de la creación de su hijo soñado. ¿Cuál es el argumento de la historia? El argumento de la historia es que el hijo del hombre no existe, pero él no lo sabe, por lo que su padre debe de encargarse de que éste no se entere de su desdichada realidad. Su hijo vive en una realidad muy verosímil, prácticamente es imposible que él caiga en cuenta de que no existe, tanto que nos dan detalles muy precisos sobre el mundo en el que éste vive. Nos hablan sobre paisajes, oras personas, objetivos y metas que él tiene, entre muchas otras cosas. ¿Cuál es el conflicto de la historia? El conflicto aparece cuando el padre del hombre soñado sabe que su hijo está dándose cuenta de que no es real, el padre se preocupa porque no sabe cómo explicarle a su propia creación que es una creación. El hombre se entera de esto cuando ve que su hijo atraviesa fuego sin quemarse, pues Dios le había dicho que el fuego es el único que le podrá indicar su existencia únicamente espiritual. Tomando en cuenta la verosimilitud de su realidad, para el padre es muy complicado hacerle saber que no es real. Se cuestiona sobre qué pasará con él, tal vez dejará de existir, tal vez vivirá en amargura, tal vez será él mismo quien vivirá en miseria después de acabar con la existencia de un "ser". ¿Cuál es la paradoja de la historia? La paradoja nos atrapa de manera abrupta, puesto que el hombre que tantos problemas tenía para explicarle a su hijo que no era real, ahora se da cuenta de que él tampoco es real, tan sólo el sueño de otro hombre. Ahora la historia es sobre un hombre que sueña a un hombre, crea una vida entera para él y, en esta vida, su hijo se encarga de crear a otro hombre. El segundo hombre vive en un mundo extremadamente verosímil, en una escala gigantesca. Es tan exponencial que se encarga de crear otra realidad, tal vez menos verosímil por el hecho de que el fuego puede revelar su inverosimilitud, pero ambas pueden ser fatales y conflictivas. La paradoja es inesperada tanto para el lector como para el protagonista.

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